He tenido la oportunidad de trabajar con ingenieros y licenciados amigos que tienen un sentido mas amplio o delicado de tendencias arquitectónicas que algunos arquitectos (estudiantes y titulares), estos y otros profesionales juzgan con justa razón; el ego irracional del “arquitecto”, no el ego que sabe y controla su medio; sino el ego que surge de algunos en ser unos grandísimos ignorantes. No podemos negar que aquí no pasamos de los museos Guggenheim, o los primeros trabajos de Calatrava, esta es una enfermedad que cada quien tiene que quitarse, ese vicio de ver solo a un mismo rumbo y acostumbrarse.
Como dijo Nietzsche citando según él, al mas importante arquitecto vivo: «Nada es más ventajoso para la obra de arte que el que quede sustraída al contacto directo y vulgar con lo inmediato y a la línea de visión habitual del hombre. Por el hábito de ver cómodamente queda tan embotado el nervio óptico, que el encanto y las proporciones de los colores y las formas ya no los reconoce mas que como si estuvieran detrás de un velo». El problema es conformarse y no estar conciente de esa conformidad, aquí hay buenos catedráticos de los que se puede aprender por su conocimiento académico o el trabajo en campo, hay que saber aprovechar su cátedra, ó esta la biblioteca aunque limitada por recursos tienen buenos libros y las damas que allí trabajan hacen de su trabajo una destreza.
Algunos catedráticos con buena fe dicen: busquen, investiguen, y en realidad buscar la referencia empírica es la mejor recomendación que se nos da y por lo tanto la mejor alternativa, entonces queda en nosotros seguir ese buen consejo, es eso lo que nos hace crecer y separarnos de la especie. Los de mi generación empezamos con unas revistas de “architectural record” o los portales en Internet de “todo arquitectura”, un paso nos llevaba a dar otro; y resultaba muy edificante comparar lo aprendido con otros compañeros en platicas triviales que a la larga nos otorgaba una gran variedad de conocimiento, y en un momento dado nos dimos cuenta que sin querer estábamos sobrepasando a otros que deberían saber más que nosotros. Tanto diseño gráfico, arquitectura, o cualquier rama de arte estamos propensos a juzgar y criticar; está en nuestra naturaleza, y en verdad no está mal; al contrario nos hace evolucionar el tomar varios puntos de vista, nos hace razonar y nutrirnos de discernimiento, el error desemboca entre las herramientas ó elementos para sustentar nuestra noción, y sin los fundamentos no se puede defender una postura. Si un buen número de personas se hacen a la conformidad y la mediocridad, nosotros tenemos que armarnos de conocimiento, nosotros tenemos que ser el equilibrio, la contraparte de la ecuación para poner el resultado en cero.
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